Teníamos una serie de exigencias que nos decidieron a hacerla. Sustitución de piezas de acero por piezas de aluminio, tornillería original por inoxidable, en resumen, no se buscaba una restauración pura, sino recuperar su esencia, su imagen, sin más aspiraciones. Además… sin prisa y con un Cliente habitual, sin sorpresas ¿Qué más podíamos pedir?
La bicicleta, una Peugeot PX50 Randonneur, se encontraba en un estado deplorable, pero sin chapuzas, original. Desmontaje, chorreado, pintado en polvo, fileteado manual, fabricación artesanal de algunas piezas sencillas, pulido, cromados, enderezado, búsqueda de piezas, montaje, y para redondear, una vez terminado, la “Memoria de restauración” un libro para no olvidar el trabajo.
Pensamos que el resultado es extraordinario, se ajusta a lo solicitado, hemos intentado respetar al máximo su imagen, los adhesivos similares (que no iguales); el sillín suministrado por el Cliente, un «Brooks», espectacular; quizás y por sacar pegas, el manillar, nos ha obligado a separar más las manetas…
Trabajo ocasional para un Cliente habitual, NO RESTAURAMOS BICICLETAS profesionalmente.
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